El hecho de utilizar leche cruda para su elaboración permite obtener un queso “vivo”, que evoluciona constantemente, y que presenta un sabor y una textura muy características. Flor de Esgueva se madura durante unos siete meses. Durante éste tiempo es volteado, cepillado y aceitado manualmente, así como sometido a rigurosos controles de calidad. Con éstos meticulosos cuidados es como se elabora Flor de Esgueva, un queso hecho como antaño, como aprendimos de los primeros maestros queseros: con artesanía, con tiempo y con cariño.